Bueno, vaya temporada que llevo de chascos, ¿verdad? Entre Precious, o el final de temporada de Skins, no sé si es que me estoy volviendo más cascarrabias y le saco taras a todos, o simplemente, el cine y la TV últimamente no están para tirar cohetes.

El caso, es que ayer vi Alicia en el País de las Maravillas (en Espa ña se estrena el mes que viene), versión de Tim Burton, y me ha dejado frío.

Y mira que me fastidia, porque lo tiene todo para que me guste. Primero, a Burton. Qué decir de películas como Pesadilla antes de Navidad, Sleepy Hollow, Charlie y la fábrica de chocolate, Eduardo Manostijeras, o mi adorada Big Fish.

Para seguir, que cuente con Johny Depp es un pro muy grande. Lo mismo que el resto del reparto, desde Helena Bonham Carter, Stephen Fry, Anne Hathaway, Matt Lucas (Little Britain), Barbara Windsor (Peggy en Eastenders), Michael Sheen, o Alan Rickman (Snape en Harry Potter).

Pero al igual que me pasó con Nine, tanto elenco, tanto elenco, y le falta algo. Y tras varios días pensando qué es lo que falta, creo que he llegado a la conclusión de que todo esto es culpa de un mal guión.

La historia nos presenta a una Alicia, que tras 13 años, vuelve al País de las Maravillas, pero no hay trama ninguna para Alicia en sí... Y una sucesión de personajes y acciones no hacen más que pasar por delante nuestro sin que lleguemos a entender muy bien cual es el fin de la película. De hecho, la Alicia de cuando empieza la película a la de cuando acaba es exactamente la misma, lo que nos hace pensar que el viaje en sí ha sido completamente en vano. Y lo más sorprendente, el personaje de Depp, el Sombrero Loco, que en teoría debería dar para un millón de matices, resulta de lo más aburrido y plano de la cinta.

¿Será que la esperaba con demasiadas expectativas? El caso, es que desde su estreno aquí en UK, los críticos no han hecho más que darle palos. Por algo será.